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martes, 21 de septiembre de 2010

ARTÍCULO DÉCIMO TERCERO







“LA PAPELERÍA” DIFICULTAD EN EL TRABAJO DE LOS DOCENTES

Anteriormente, el arte de enseñar se llevaba a cabo en zonas al aire libre como era el caso de las antiguas civilizaciones. Después de muchos años y por factores principalmente climatológicos, se trasladaron a recintos cerrados o semi- cerrados llamados El Gymnasium y La Palaestra en Grecia, y El Liceo y La Academia en Roma.

El ideal para ese entonces sigue siendo el mismo en nuestros días, convertir a los jóvenes en buenos ciudadanos; para ello en ese entonces se le enseñaba retórica, dialéctica, anatomía, música, gimnasia, mitología y valores entre otros aspectos. Pero en cierta medida y hasta cierto punto, actualmente se continúa impartiendo la misma enseñanza con otros nombres claro está. Hoy en día, la educación tiene otros campos de estudios que para esa época eran desconocidos pero se dieron por el avance en los diferentes campos de la ciencia; en particular, se pueden nombrar los ámbitos científicos y tecnológicos. Desde la antigüedad, el arte de enseñar pone en relieve la importancia que posee para el proceso educativo las cualidades y la disposición que tiene el pedagogo para enseñar, ya que cuando se habla de maestro se hace mención de aquella persona que además de tener conocimientos sobre lo que imparte (asignatura), debe conocer y poseer las habilidades necesarias para suscitar en el alumno el deseo de aprender; éste a su vez debe resaltar las cualidades intelectuales y morales de cada estudiante así como su esfuerzo personal para el desarrollo del proceso educativo.

No obstante, en nuestros días el ideal de la educación se conserva incólume. Lo que no se mantiene en las mismas condiciones es el tiempo que el docente requiere para planear, organizar e impartir sus enseñanzas puesto que gran parte de el, debe emplearlo para llenar una gran cantidad de papeles que en el campo escolar son llamados “formatos educativos” y terminan finalmente en la basura al igual que el tiempo del docente. Hoy en día, toda profesión requiere de mucho conocimiento y empeño para la realización de la actividad correspondiente; pero el educador, es uno de los profesionales que más obligaciones tiene al momento de ejercer su carrera. Es conocido por todos los integrantes de una comunidad que los docentes además de laborar en la institución en la cual presta sus servicios lleva montones de trabajo a su hogar.

Por otra parte, fuera de tener tanto quehacer en la institución y en casa sin mencionar los asuntos domésticos o habituales; le corresponde la ardua tarea de diligenciar una documentación (si es director de grupo, es mayor la cantidad de formatos que debe llenar) que en muchas ocasiones lo abruma y le hace pensar si fue una buena opción elegir dicha profesión; dejando de ser esta un arte como se le es conocida.

Para ejemplificar, es frecuente escuchar como anual y semestralmente se incorporan nuevos formatos para tramitar en un estamento educativo entre ellos podemos mencionar:

v Observador del alumno

v Planeador académico

v Seguimiento disciplinario

v Actas académicas para la comisión

v Ficha diagnostica de cada estudiante para psicorientación

v Formatos de permiso dentro y fuera del aula o plantel educativo

v Citaciones a padres de familia tanto disciplinarias como académicas

v Informe parcial (1 mes antes de la entrega de boletines)

v Informe final (en el que reposan los datos definitivos que van al boletín)

Y así como estos muchos otros, cabe destacar que cada institución educativa maneja distintos formatos y cantidades de ellos. Mi inquietud es

¿Realmente se hace necesario llenar esta cantidad de documentación que a mi parecer le resta tiempo valioso a la formación de los estudiantes?

El docente puede emplear este “valioso tiempo” para buscar o promover estrategias de adquisición, promoción y evaluación del conocimiento entre sus alumnos y para sí mismo. Sin embargo, no en todas estas instituciones se suceden estos inconvenientes o procesos engorrosos y la permanencia académica de los docentes es más amena y productiva llegando a ser verdaderamente un arte la acción de enseñar.