DE VUELTA A LA ESCUELA
El 2009, es un año que empieza lleno dejúbilo, gozo y muchas satisfacciones, con la eventualidad del pasado festival vallenato “FRANCISCO EL HOMBRE”; acontecimientos como este, hacen de nuestra hermosa y pujante Riohacha un lugar digno de apreciar no sólo, por la belleza de sus playas mancomunadas, el calor de su gente emprendedora y siempre dispuesta a servir a todo aquel que quiera disfrutar de este fastuoso paraiso de aromas, sabores y colores a las orillas del mar Caribe, sino por la riqueza del folklor vallenato.
Consecutivo a este hecho, las instituciones educativas en su mayoría iniciaron labores escolares (aunque muchas ya lo habían hecho), y los docentes dados a su extraordinaria labor comenzaron con los brios renovados, cargados de nuevas estrategias para hacer que la actividad académica de sus pupilos sea un verdadero tesoro al que ellos deben acceder. Todo eso es una gran realidad pero, no podemos dejar de lado a aquellos profesores que iniciaron con las mismas mañas sosas y costumbres inútiles que antes de lograr que los estudiantes se acerquen al estudio lo que hacen es alejarlos y hacerlos trastabillar en el enlibrado camino del conocimiento y el saber hacer.
Que se puede pensar de los educadores que sin ningún escrúpulo:
Ø Llegan al salón a descansar de su jornada anterior, 2, 3 y hasta 4 empleos en lugares diferentes
Ø Se desquitan los sinsabores que traen de otras partes
Ø Reflejan apatía y desgano por ciertos estudiantes
Ø Su inutilidad es culpa de los alumnos porque ellos no entienden
Ø No manejan los distintos grupos porque “ellos” son muy indisciplinados
Ø Se blasonan de su autoritarismo
En fin, son muchas las situaciones que hacen que los preseptores no sean del agrado del eje de su labor educativa; sin embargo, frente a estas situaciones solo es el mismo decente el que puede hacer cambiar las circunstancias en las que se desenvolverá su quehacer pedagógico.
Si el maestro aprende a diario, para transmitir esos conocimientos y sus propias vivencias a sus estudiantes estos le devolveran con creces lo aprendido y entonces he allí la pregunta del millón ¿Quién aprende de quién? Por eso siempre he dicho que para determinar la clidad de la educación que se presta sólo se debe evaluar al niño y la calidad del alumno depende de la calidad del profesor.
Así que como diría un afamado escritor y erudito:
Miguel De Cervantes Saavedra
Así que mis queridos colegas siguiendo con las frases célebres, “Al que le caiga el guante que se lo plante” y si usted no quiere plantárselo, cambie de actitud, aptitud, ademanes y expresiones, de esta manera se sentirá más feliz y lo más importante, hará feliz al pilar de su profesión.